Bambara en número de 2,500.000 de individuos, conforma el mayor grupo étnico de Malí. El triángulo de la región Bambara, dividida en dos partes por el río Níger, constituye la mayor parte de Malí occidental y del sur actual.
La sabana seca no permite más que una economía de subsistencia, y el suelo produce, con alguna dificultad, grano, mijo, sorgo, arroz, y frijoles. Sus tradiciones incluyen seis sociedades masculinas, cada una con su propio tipo de máscara. La iniciación para los hombres se prolonga durante siete años y, finaliza con su muerte simbólica y su renacimiento. Tienen dos estilos principales de máscaras. Uno está caracterizado por una cara oval con cuatro a diez cuernos en hilera sobre la cimera como un peine, a menudo cubierto con cauris o bayas rojas secas. El segundo tipo tiene una nariz surcada, una boca sobresaliente, una superestructura de cuernos verticales, en medio del cual aparece una figura, ó un animal.
El komo es el guardián de tradición y está preocupado por todos los aspectos de la vida de la comunidad – la agricultura, procesos judiciales, y ritos. Sus máscaras son de forma alargada de animal decorada con los cuernos reales de antílope, las canillas de puerco espín, cráneos de pájaro, y otros objetos. Su tocado, llevado horizontalmente, consiste en un animal, cubierto del fango, de mandíbula abierta; a menudo con cuernos y plumas. Las máscaras del kono, que hace cumplir la moralidad cívica, también son alargadas y cubiertas con el material expiatorio. Las máscaras de kono también han sido usadas en rituales agrícolas, sobre todo para solicitar una cosecha buena. Por lo general, representan una cabeza de animal con el hocico muy largo abierto, y largos oídos verticales en forma de V sobre la cabeza, a menudo cubierta del fango.
Los miembros de la sociedad tji wara (chi wara) usan una especie de tocado, en forma de un antílope, el mítico ser quien enseñó a los hombres como cultivar la tierra. La palabra tji el medio “el trabajo” y wara quiere decir “el animal”, así ” el animal que trabaja. ” Hay antílopes masculinos y femeninos con la dirección vertical u horizontal de los cuernos. Los bailarines aparecen en pares (un hombre y una mujer – una asociación con la fertilidad) cogidos de las manos, y sus saltos imitan el salto de los antílopes.
Las familias Bambara encargaban ó adquirían parejas de figuras Kayu, y las colocaban en los altares de sus casas a modo de fetiche protector de las casas, contra la acción del viento y la lluvia.
Estas figuras constan de un núcleo central de piedra, sobre el que se desarrollan figuras masculinas y femeninas, en bronce. La función de fetiche protector de dichas figuras, se infiere, metafóricamente, de la solidez y resistencia de la piedra. La casa será tan fuerte y resistente a los ciclones y tormentas tropicales, como lo son los Kayu.
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